lunes, marzo 31, 2008

Danzar al color y al calor de la utopía


Nuestro amigo Pablo Aceña, del Comité Oscar Romero de Torrejón de Ardoz nos envió este comentario. Gracias, Pablo.

Estaba contento, venía de unos días de vacaciones de Cádiz. En el CD del coche, a todo trapo sonaba “Oración comprometida”. La música entraba por los oídos y hacía explotar la espiritualidad en mi interior. La guardia civil no lo vio, pero yo era capaz de seguir conduciendo mientras la oración brotaba de mí ser.

Este trabajo merece la pena. Es la banda sonora del evangelio subversivo, sin ñoñería, con fuerza. Escúchalo y me darás la razón. He encontrado en sus músicas y sus letras, dosis de poesía. Esa poesía tan ausente en nuestro mundo; tan necesaria para que la vida siga a pesar de todo.

Este disco no va a llegar a los cuarenta principales, pero ya es música principal para quienes se dejan tocar por la solidaridad. Está bien oír músicas prestadas, pero esta es la nuestra, la de los que nos emocionamos ante la profética denuncia de Casaldáliga hecha desde su experiencia vital, desde la dignificación de la palabra obispo.

Me imagino a Domingo y a su gente cantando en el estudio, enlatando nuestra música, y me surge la sonrisa y las ganas de darle un abrazo por su trabajo, por poner su talento al servicio de la causa de quienes nos creemos que merece la pena vivir la vida, no solo sobre-vivirla. Está música me ayuda a disfrutar, tanto de los días luminosos, como de los grises. No deja que me duerma, que me sienta insensible ante la realidad, a la vez que me hace soñar danzando al color y al calor de la utopía.

Gracias, Domingo por musicalizar la vida, porque la vida está fuera de los altares distantes y tus canciones nos acercan a ella, al tiempo que sirven para alejar la muerte que nos acecha cuando somos presa de la apatía. Gracias, Domingo – y toda tu tribu- por ser canción que habla a un mundo que parece sordo, pero que solo lo parece , porque en realidad en el mundo siguen habiendo personas, gentes, que necesitan seguir cantando en otras claves, con aires de santa rebeldía.

(Pablo Aceña, COR Torrejón de Ardoz)

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